jueves, 15 de abril de 2010

LES YEUX DU CHAT

"LOS OJOS DEL GATO"
JODOROWSKY - MOEBIUS


INTRODUCCION POR MOEBIUS

El tiempo – Hay en esta historia un tipo de tiempo un poco lírico. Se podría decir que el montaje narrativo de una historieta se parece al uso de la música en una película. Es como una partitura en donde las notas serian las imágenes. Y es cierto que para responder a este aspecto lírico, declamatorio, intemporal de la historia, he usado artificios como la alternancia extremadamente regular entre texto e imagen, al principio.

El universo – Es una historia bastante hermética pero, al mismo tiempo, muy visual, muestra un universo absolutamente fascinante. La arquitectura es muy esmerada; me he enfocado en representarla de manera creíble y monumental. Desde el punto de vista de estilo, cada imagen posee una gran fuerza; pienso que es debido al hecho de que estar historia corresponde a un momento particularmente bueno de mi vida, durante el cual estaba precisamente modernizando mi “arquitectura”. He podido, de alguna manera, excretar mi virus de arquitectura naciente.

El gato – Siempre he tenido mucha dificultad para dibujar gatos. Aquí, a decir verdad, ni siquiera he buscado un gato anatómicamente exacto. De partida me he documentado, y como yo mismo poseo un gato, lo he tomado como modelo, pero no me sirvió, no funcionaba. Entonces he dado marcha atrás, y después me he puesto a dibujar un gato imaginario, con una cierta ingenuidad, pero poniendo mucho cuidado en su ejecución y, sobre todo, sin tener miedo de acentuar el lado extraño que aparecía. Total, que le ha dado un corte egipcio, de gato hierático. ¡Incluso del tipo de gato-egipcio-hierático-que funciona!

El ausente – el motor de toso esto era la diversión, el juego, un juego en estado puro, sin preocupación comercial de ningún tipo. Todo se poyaba en la comunicación con un lector imaginario, o aun mejor, con un lector a la vez presente y ausente, al mismo tiempo aquí y no aquí. La presencia de este lector se hacia sentir más fuerte que si estuviera verdaderamente aquí.

La admiración – Dibujando me sentía como en dialogo con el lector, me sentía como diciéndole: “¡Mira! ¡Mira esto! ¡Mira esto!... ¡Y después mira aquí! ¡Aquí! ¡Aquí!... (Risas…). Y después, le veía riéndose, riéndose y diciendo: “¿No? ¿No lo va hacer? ¡Lo ha hecho!”
Hoy, aun me llega el recuerdo de esta libertad lúdica.

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