martes, 29 de junio de 2010

MITOLOGIA y ARTE parte 1


Imagen del Lic. José Manuel Guardia Villar
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Escrito por José Manuel Guardia Villa

Introducción:

La Mitología es la ciencia que se encarga del estudio de los mitos y de su interpretación. La definición de mito es muy difícil de establecer, ya que existen tantos, tan diferentes, y de tan variadas culturas y sociedades, que se hace prácticamente imposible de aunarlos.
Los mitos no se entienden sino en la agrupación de estos, un mito solo puede no decir nada si no se tienen en cuenta otros. Estos son narraciones del origen del mundo y de los hombres, de la naturaleza y las fuerzas que la componen, al fin y al cabo de lo que siempre ha interesado al hombre por el misterio que hay detrás de estos temas. La definición habitual de mito dice que este es "una fábula o ficción alegórica" pero aún no se tiene una definición que satisfaga a todos.
Se piensa que los orígenes pueden estar en los primeros poblados en el Neolítico, cuando empezaron nuevas creencias, y estas se transmitían a las nuevas generaciones. Uno de los precedentes se da el 2000 a.C., cuando el Rey Nino de Babilonia hace rendir culto a la estatua de su padre. A partir de esta fecha se divinizaron numerosos personajes.
La mitología griega se estima que empieza hacia el 3000 a.C. con las creencias de las gentes de Creta Los cretenses pensaban que en todos los elementos de la naturaleza habitaban espíritus, y que algunos objetos poseían cualidades mágicas.
Desde esa fecha hasta aproximadamente el s. IIIX a.C. la mitología era confusa, hasta que Hesiodo compone la "Teogonia" donde recopila las antiguas tradiciones, relatando la creación del mundo mediante el uso de mitos y deidades. Importante fue también la obra de Homero aportando "La Iliada" y "La Odisea".
Los romanos importaron dioses y mitos directamente desde Grecia, así como también incorporaron otros de la península itálica, y de otras civilizaciones, interpretándolos hasta que acababan siendo similares a los griegos.

Venus:

Diosa de la belleza y el amor, nació de la espuma del mar producida por los genitales de del dios Urano, que fueron cortados por su hijo Cronos y arrojados al mar. Su nacimiento la dejó provista de todos los encantos, y abordó a la isla de Citerea, donde fue acogida por las Horas, que la hicieron sentar en un carro de excepcional diafanidad y la transportaron al Olimpo; allí las risas, las Gracias y los Juegos constituían su cortejo. Un maravilloso ceñidor añadía aún nuevos encantos a su poder y a sus atractivos. Cuando se presentó ante los dioses quedaron maravillados, y cada uno de ellos la pretendía por esposa. Júpiter concedió su mano a Vulcano, que acababa de inventar el rayo mediante el cual había sido posible exterminar a los gigantes. Pero Venus, diosa desconsiderada y frívola, enojada en extremo de tener por marido un herrero cojo, sucio y rudo, se mostraba complacida ante los halagos de que era objeto por parte de los cortesanos. El dios de los borrachos, el dios de los guerreros, Adonis, hijo de Myrrha, y muchos otros, consiguieron, sin gran esfuerzo, alegrarla en sus contrariedades.

Marte y Venus:

Afrodita-Venus, la más bella de las diosas, había recibido como esposo por disposición de Zeus-Júpiter al menos agraciado de los dioses, a Hefesto-Vulcano, el dios de la fragua, que era cojo y siempre andaba tiznado y sudoroso debido a su trabajo.
Era previsible que la bella diosa del amor engañara a su esposo con jóvenes divinidades de mayor atractivo. Uno de los elegidos fue Ares-Marte, dios de la guerra, apuesto y vigoroso. Los encuentros de los dos amantes tienen lugar de noche, a escondidas del esposo, pero en una de ellas se demoraron más de lo previsto y dieron lugar a que Helios, el dios Sol, identificado posteriormente con Apolo, les sorprendiera. Helios acudió a la fragua para enterar a Hefesto del adulterio de su esposa con Ares. El engañado dios tramó una afrentosa venganza. Valiéndose de su gran habilidad como orfebre les tendió una trampa que consistió en fabricar una finísima red que sólo él podía manejar y que instaló en el lecho donde los amantes se encontraban.
Después anunció a Afrodita que partía para un viaje. La diosa, confiada más que nunca, se citó con Ares. Cuando ambos amantes estaban en el lecho, Hefesto, que acechaba, cerró la red aprisionándolos e inmovilizándolos en él. A continuación avisó a los demás dioses del Olimpo para que presenciaran el regocijante y bochornoso espectáculo. Cuando Hefesto consintió en retirar la red, la diosa Afrodita escapó avergonzada hacia sus posesiones de Chipre mientras que Ares se dirigió a su tierra de Tracia.

Apolo y Dafne:

Dafne, nombre que en griego significa laurel, era una ninfa hija del dios-río Peneo que transcurre por la región de Tesalia. El dios Apolo amaba a Dafne con una gran pasión pero la ninfa no le correspondía y le esquivaba. En una ocasión Apolo perseguía a Dafne y ésta huía hacia las montañas para evitarlo. Cuando el dios estaba a punto de alcanzarla, la joven dirigió una plegaria a su padre o bien a Zeus, suplicándole que la metamorfoseara para poder escapar al asedio del dios. Su petición fue escuchada y concedida, y al momento la joven comenzó a transformarse en un laurel. De sus pies iban saliendo raíces y sus extremidades se convertían en frondosas ramas del árbol que desde ese momento fue el consagrado al dios Apolo y pasó a representarlo.

Saturno:

Titán y Saturno eran hermanos, y titán, como primogénito de la familia, pretendía reinar. Pero su madre, que sentía predilección por Saturno, puso en juego tantas súplicas y caricias, que Titán accedió a renunciar a la corona con tal que su hermano, a su vez, se obligase a exterminar todo hijo varón, y de esta manera la realeza volvería con el tiempo a recaer en manos de los Titanes. Saturno aceptó este pacto y se afanó por devorar a sus hijos varones tan pronto como venían al mundo.

Polifemo y Galatea:

Polifemo es uno de los Cíclopes, salvajes gigantes de un solo ojo que habitan la isla de Sicilia. Su participación más conocida en la mitología es el episodio de la Odisea en que el héroe Odiseo y sus compañeros quedan encerrados en su cueva y, para librarse, lo emborrachan y dejan ciego. Según otra tradición está enamorado de la ninfa Galatea.
Galatea es una nereida que habitaba el mar que bordea la isla de Sicilia. Polifemo, el enorme ser monstruoso de un solo ojo, está enamorado de la joven y la sigue en silencio pues no es correspondido. Galatea está prendida por el amor del bello Acis, hijo del dios Pan y de una ninfa.
Un día estaban ambos jóvenes reposando en una zona al borde del mar. Ella posaba su cabeza en el pecho de su amante. Esta idílica escena fue repentinamente alterada cuando Polifemo, desde lejos, los descubrió. Acis intentó huir pero el gigante le arrojó una enorme roca que lo aplastó. Galatea convirtió al joven en un río de límpidas aguas.

Ganímedes:

Ganímedes es un joven héroe perteneciente a la estirpe real de Troya, el menor de los hijos de Tros y de Calírroe, hermano de Cleopatra, Ilo y Asáraco. En otras versiones lo presentan como hijo de Laomedonte o bien de Ilo, de Asáraco o incluso de Erictonio.
Apenas adolescente, guardaba los rebaños de su padre en las montañas que rodean la ciudad de Troya cuando fue raptado por Zeus y llevado al Olimpo. Considerado como "el más hermoso de los mortales", había inflamado de amor al propio Zeus, de tal modo que éste lo raptó: ora es el propio Zeus quien roba al niño, ora encarga a su ave favorita, el águila, esta misión, la cual, cogiendo en sus garras al adolescente, se lo lleva por los aires. Decíase también que Zeus había adoptado la forma de águila, del mismo modo que había tomado la de muchos animales y seres con la finalidad de satisfacer sus pasiones amorosas. El lugar donde llevó a cabo el rapto varía según los autores, pero por lo general se sitúa en el Ida de Tróade o las montañas vecinas. En compensación del rapto, Zeus regaló al padre del niño unos caballos divinos o una cepa de oro, obra de Hefesto.

Perseo:

El Oráculo le predijo a Acrisio, rey de Argos, que su nieto le mataría algún día. No tenía nietos, pero tenía una hija, Dánae, y lo primero que hizo fue encerrarla en una torre para que no tuviera hijos. Pero Zeus se transformó en lluvia de oro y entró en la torre para hacer lo propio, de eso nació Perseo. Cuando Acrisio se dio cuenta los metió a los dos en una barca y los tiró río abajo. Llegaron a Serifea, donde el rey Polidecto los recibió muy bien. Pero Perseo era admirado por todos en la isla y Polidecto pensó que lo mejor era librarse de él cuanto antes. Le dijo que fuera a matar a la gorgona Medusa para conseguir honor y gloria, el primo de Perseo se lo tragó y fue a ello. Todos los dioses ayudaron a Perseo: Atenea le dio su escudo, Hermes una espada y sus botas aladas y Hades un casco que hacía invisible. Así fue Perseo en busca de Medusa, más equipado que una navaja Suiza y se la encontró dormida como un bendito. Todo el que mirara directamente a su rostro se volvía de piedra, por lo que Perseo iba escondido detrás de su escudo. Sin mirar ni nada le cortó la cabeza y la colgó en su escudo. Inmediatamente alzó el vuelo y se largó con viento fresco.
En el camino de vuelta, Perseo pasó por Mauritania donde vivía el gigante Atlas y le pidió hospitalidad. A Atlas le dio mala espina y en vez de acogerlo lo echó a patadas. Perseo entonces le encaró el escudo con la cabeza de Medusa y Atlas se convirtió en montaña.
Siguió volando hasta llegar a Etiopía donde Andrómeda estaba siendo atacada por un monstruo marino. Antes de salvar a nadie sin recibir nada a cambio, Perseo va hablar con su padre y se ponen a negociar sobre el salvamento de Andrómeda. Al final determinan que Perseo se casará con Andrómeda si la salva. Después de rescatarla se preparan las bodas, pero Andrómeda ya tenía un amante que no se iba a quedar tan contento con la boda. El amante empezó a meter camorra con una grupo de amigos, y al final la boda se convierte en una carnicería. Perseo salió airoso gracias a su escudo, que fue convirtiendo en pedruscos a quien se acercaba.
Cuando Perseo llegó de nuevo a Serifea, mató al rey Polidecto y rescató a su madre. Después de esto su abuelo Acrisio lo recibió con los brazos abiertos, arrepentido de haber despreciado a su nieto. Se celebraron juegos en honor al recién llegado, en los que participó el héroe. Pero en el lanzamiento de disco el muy bestia de Perseo tiró el disco directo a la cabeza de Acrisio, cumpliéndose así la profecía.

Leda y el Cisne:

Zeus era el dios supremo, señor de los dioses y los hombres y el principal de los dioses olímpicos. Estaba casado con la diosa Hera, pero le fue infiel en muchas ocasiones, en algunas de ellas metamorfoseado en animal.
Leda era una princesa de Etolia y estaba casada con Tindáreo. Zeus se enamoró de ella y convertido en cisne tuvo amores con Leda. Según la leyenda Leda puso dos huevos, de uno de ellos nacieron Helena, que va a ser la causante de la guerra de Troya por el rapto de Paris, y Polux, uno de los Dioscuros; del otro huevo nacieron los hijos de Tíndáreo, Cástor, el otro de los Dioscuros, y Clitem Estra que acabará por ser la esposa de Agamenón.

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